jueves, 8 de abril de 2010

Lo que tú decidas…



A veces es más fácil ver el lado obscuro de las cosas, lo negativo, lo malo… incluso a veces por morbo… inundan y abundan en la vida cotidiana; basta con revisar el periódico, o ver los noticieros en la TV o escucharlos en radio… abundan las noticias negativas… escasas son las positivas. Recuerdo hace mucho leí de una buena costumbre, la de buscar siempre una buena noticia cada día en el periódico… las hay. Sin embargo, es lo que tú decidas.

Enfocar tus pensamientos en algo positivo es igual de sencillo que enfocarlos en algo negativo. Es igual de fácil ser agradecido por las bendiciones en tu vida que estar amargado y enojado por tus problemas.

Mantener una mentalidad positiva no requiere más esfuerzo que el que demanda andar por ahí con actitud negativa. Y un enfoque positivo aportará mucho más valor, sentido y plenitud a tu vida.

Mantenerte enfocado en positivo no requiere de ninguna habilidad, recurso o posición en especial. Todo lo que se necesita es tomar una decisión.

Todo lo que se requiere es la elección consciente de romper con el agobiante hábito de la negatividad. Es una decisión que puedes adoptar ahora mismo, y en cualquiera de los momentos que sigan a éste.

Toma esa decisión, y esos miedos que te están coartando quedarán ampliamente superados por una determinación llena de sentido.

Toma esa decisión y los más complicados de tus desafíos se convertirán en tus más grandes oportunidades.

Vivir basado en un enfoque positivo es igual de sencillo que desperdiciar tu valiosísimo tiempo inmerso en la negatividad.

Y es mucho más agradable, además. Así de fácil.

Agradece cada día por la luz que te brinda, por el calor, la lluvia, el sol, la naturaleza, en fin… tanto que recibimos y nada que agradecemos…

Lo que tú decidas

Con amor, 4s

Como darle una pastilla a un gato-(anónimo)



1.- Tome el gato y acúnelo con su brazo izquierdo como si estuviera sosteniendo a un bebé. Coloque los dedos índice y pulgar de su mano izquierda para aplicar una suave presión sobre las mejillas del minino, mientras sostiene la píldora con la derecha. Cuando el gato abra la boca, arroje la píldora dentro. Permítale cerrar la boca a los efectos de que el gato la trague.

2.- Coja la píldora del suelo y saque al gato de detrás del sofá .Acune al gato en su brazo izquierdo y repita el proceso.

3.- Traiga al gato desde el escritorio y tire la píldora baboseada a la basura

4.- Coja una nueva pastilla de la caja, acune al gato en su brazo izquierdo, manteniendo las patas traseras firmemente sujetas con su mano izquierda. Fuerce la apertura de la mandíbula y empuje la pastilla dentro de la boca del animal con su dedo medio. Mantenga la boca del gato cerrada y cuente hasta 10.

5.- Saque la píldora de la pecera, y al gato de encima del armario. Llame a su esposa, que está en el jardín, para que le ayude.

6.- Arrodíllese en el suelo con el gato firmemente sujeto entre sus rodillas. Mantenga sus patas traseras y delanteras quietas. Ignore los gruñidos que el gato emite. Pídale a su esposa que sostenga la cabeza del gato con una mano, mientras le abre la boca con una regla de madera. Eche la pastilla dentro y frote vigorosamente la garganta del gato.

7.- Traiga al gato de la lámpara de la cocina. Coja otra píldora de la caja. Recuerde comprar una nueva regla y encargar unas cortinas nuevas. Barra cuidadosamente los trozos de figuras de porcelana y póngalos aparte para pegarlos luego.

8.- Envuelva al gato en una toalla grande y pídale a su esposa que lo mantenga estirado, sólo con la cabeza visible. Ponga la pastilla en un popote (Pajita de refresco o pajilla). Abra la boca del gato con un lápiz. Ponga un extremo de la pajita en la boca del gato y el otro en la suya propia. Sople.

9.- Lea el prospecto de la caja para asegurarse que la pastilla que se acaba de tragar no es dañina para seres humanos. Beba un vaso de agua para recuperar el sentido del gusto. Aplique apósitos en los brazos de su esposa y limpie la sangre de la alfombra con agua fría y jabón.

10.- Traiga al gato del tejado del vecino. Tome otra píldora. Ponga al gato en el armario y cierre la puerta sobre su cuello, dejando sólo la cabeza fuera del mismo. Fuerce la apertura de la boca con una cuchara de postre. Arroje la pastilla dentro de la boca del gato con una goma elástica.

11.- Vaya al garaje a buscar un destornillador para volver a colocar la puerta del armario en sus bisagras. Aplíquese compresas frías en sus mejillas y verifique cuándo fue su última dosis de antitetánica.

12.- Llame a los bomberos para bajar al gato del árbol que hay en la calle de enfrente. Discúlpese con su vecino, que se acaba de estrellar tratando de escapar de su gato furioso.

13.- Tome la última píldora de la caja. Ate las patas delanteras del gato junto con las traseras con una cuerda. Átelo firmemente a la pata de la mesa de la cocina. Busque guantes de trabajo pesado. Mantenga la boca del gato abierta con una pequeña palanca.
Póngale la pastilla en la boca seguida de un trozo de carne. Mantenga la cabeza vertical y vierta medio litro de agua a través de la garganta del gato, para que trague la píldora.

14.- Haga que su esposa lo lleve a urgencias. Siéntese tranquilo mientras el doctor le venda los dedos y la frente y le saca la píldora del ojo. En el camino de vuelta a casa, deténgase un momento en la tienda de muebles para comprar una nueva mesa.

15.- Por último, arregle con una inmobiliaria la compra de una nueva casa, y llame al veterinario, para averiguar si tiene algún hámster para vender.

AGUANTA UN POCO MÁS....



Se cuenta que alguna una vez, en Inglaterra, existía una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Una de sus tiendas favoritas era una en donde vendían vajillas antiguas. En una de sus visitas a la tienda vieron una hermosa tacita. "¿Me permite ver esa taza?" pregunto la señora, "nunca he visto nada tan fino como eso!" En cuanto tuvo en sus manos la taza, escuchó que la tacita comenzó a hablar.

La tacita le comentó:

"¡Usted no entiende! ¡Yo no siempre he sido esta taza que usted está sosteniendo! Hace mucho tiempo yo sólo era un montón de barro amorfo.

Mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó y me amoldó cariñosamente.

Llego un momento en que me desesperé y le grité: "Por favor!! Ya déjame en paz!" Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo: "aguanta un poco más, todavía no es tiempo."

Después me puso en un horno. Yo nunca había sentido tanto calor! Me pregunté porque mi amo querría quemarme, así que toqué la puerta del horno. A través de la ventana del horno pude leer los labios de mi amo que me decían "aguanta un poco más, todavía no es tiempo." Finalmente se abrió la puerta. Mi amo me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara.

"Así está mucho mejor!" me dije a mi misma. Pero apenas y me había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintándome. El olor de la pintura era horrible! Sentía que me ahogaría! "Por favor detente!" le gritaba yo a mi amo; pero el sólo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía "aguanta un poco más, todavía no es tiempo."

Al fin mi amo dejó de pintarme; pero esta vez me tomó y me metió nuevamente a otro horno! No era un horno como el primero; sino que era mucho más caliente! Ahora si estaba segura que me sofocaría! Le rogué y le imploré a mi amo que me sacara! Grité, lloré; pero mi creador solo me miraba diciendo "aguanta un poco más, todavía no es tiempo."

En ese momento me di cuenta que no había esperanza! Nunca lograría sobrevivir a ese horno! Justo cuando estaba a punto de darme por vencido se abrió la puerta y mi amo me tomó cariñosamente y me puso en una repisa que era aún más alta que la primera. Allí me dejó un momento para que me refrescara.

Después de una hora de haber salido del segundo horno, mi amo me dio un espejo y me dijo: "Mírate! Esta eres tú!" Yo no podía creerlo! Esa no podía ser yo! Lo que veía era hermoso! Mi amo nuevamente me dijo:

"Yo sé que te dolió haber sido golpeada y amoldada por mis manos; pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado. Sé que te causó mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado. También sé que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendría color. Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habría sido la suficiente para que subsistieras. Ahora tú eres un producto terminado! Eres lo que yo tenía en mente cuando te comencé a formar!"

Moraleja: El Creador Divino nunca te va a tentar ni te va a obligar a que vivas algo que no puedas soportar. Él sabe lo que está haciendo con cada uno de nosotros. Él es el artesano y nosotros somos el barro con el cual Él trabaja, nos amolda y nos da forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos cumplir con su voluntad.

Y así mismo… hay quienes no soportan los distintos pasos que nos fortalecen y simplemente se vencen al primer dolor, al primer calor, a cualquier estimulo incómodo o difícil…

Tú…. Decides