lunes, 13 de septiembre de 2010

El fracaso

Fracaso es una palabra fuerte que muchas veces se evade… más cuando es a nosotros a quien se refiere, sin embargo, todo en esta vida tiene un valor y el fracaso no es la excepción.

El fracaso forma parte normal y naturalmente de cualquier logro. Cuando tengas que experimentar un fracaso, aprende de él y luego, de manera inmediata, sigue en marcha. Cerciórate de haberlo asimilado.

Fracasar no es lo peor que puede llegar a suceder. Lo peor que puede suceder es permitir que el temor al fracaso te impida hacer las cosas; el segundo error es una vez cometido el fracaso, no lo asimiles.

Si tu máxima prioridad pasa por eliminar todo riesgo de fracaso, entonces puedes tener la certeza de que fracasarás. Porque únicamente aceptando y viviendo con esa posibilidad podrás tener éxito y triunfar. Tampoco busques una vida exenta de fracasos, es parte de nuestra naturaleza.

Fracasar no es el fin del mundo. Es tan sólo otro paso en el camino hacia la realización, la sabiduría y la plenitud.

Aunque es obvio que nunca te propondrás fracasar de manera intencional, algunas veces fracasaremos; acepta el hecho de manera amable, no te amargues ni culpes a nadie, asimila la experiencia ya que eso te permitirá obtener el máximo valor posible.

Deja que el fracaso transcurra, y puedes tener la certeza de que el logro llegará. Aquel que nunca ha tenido un fracaso o miente o no ha vivido.

Pero nunca, nunca, que no es lo mismo, te consideres un fracasado, el fracaso es sólo circunstancial, pasajero, ocasional, más no debe ser una forma de vida.


Con amor, 4s

Testaferrato


Palabra que significa literalmente «cabeza de hierro» en italiano.

Es un término usado para señalar a quien suplanta, encubre o se disfraza legalmente, prestando su nombre e identidad, firma, o bien su personería ya sea física o jurídica, emulando el rol social de la persona mandante a la que en el fondo representa. E nuestro país se le conoce más directamente como “presta nombre”

En otros países, como Colombia, se considera un delito (El testaferrato), puesto que el narcotráfico necesita “blanquear”1 el dinero que obtiene por su actividad ilícita.

En la prensa o en Internet es posible encontrar personas que ofrecen sus servicios como testaferro para diferentes figuras financieras ya que en algunos países como por ejemplo España y Uruguay no es considerada una figura ilegal

También es utilizado en la psicología, considerando al testaferro como aquella persona que según las circunstancias adopta o cambia su rol o personalidad por la de otras personas según su propia conveniencia, o cuando se trata de encubrir una situación o conducta inaceptable disfrazándola con una postura diferente.

En términos sociales, la palabra testaferro sirve para señalar de modo peyorativo a aquellas personas que se prestan como títeres de otras siendo manipuladas para que sean ellas las que sean la cara visible y reciban las consecuencias de sus acciones en vez de quien las genera realmente (Algunos muy frecuentes también en actividades políticas).

En el cine ha quedado consignado este concepto con diversos filmes, uno incluso data desde 1929 (The Shakedown) o la muy criticada “The front” (1976, con Woody Allen como actor principal).

El testaferro y la actividad ilícita siempre han estado de la mano, desde el robo, el secuestro, la usura, el contrabando y más recientemente, el narcotrafico.

A manera de datos interesantes se dice que en 1529, sucede el primer antecedente de vinculación Crimen y Dinero, ya que el rey Francisco I de Francia, paga 12 millones de escudos como rescate por sus hijos tomados como rehenes en España; debió esperar 4 meses, mientras los secuestradores contaban el dinero y comprobaban la autenticidad de las monedas, de las cuales rechazaron 40.000, por considerar que no cumplían los requisitos exigidos.

Así mismo, en su obra “La riqueza de las naciones” Adam Smith menciona el tema del contrabando de velas y de esclavos, siendo en esa época los principales conceptos (No había luz y la trata de blancos, que en realidad era de negros), pero esa, esa es otra historia.

Con amor, 4s.
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1 En Chicago en la década de 1920, un grupo de delincuentes con negocios en el alcohol, el juego, la prostitución y otras actividades ilícitas, compraron una cadena de lavanderías. Al final de cada día, juntaban las ganancias ilícitas con las ganancias provenientes de otros negocios, quedando en conjunto justificadas como obtenidas en actividades legales. Así, el origen del término "lavado de dinero", se remonta a la época del mafioso norteamericano Meyer Lanski (Por cierto, único personaje de la mafia que no era italiano, era judío) creó en Nueva York una cadena de "lavanderías" que servían para blanquear los fondos provenientes de la explotación de casinos ilegales. Bastaba con poner cantidades importantes de efectivo, que recogía de los casinos, dentro de las cajas registradoras de sus cadenas de lavanderías y luego ingresar esos fondos al círculo bancario.