lunes, 21 de junio de 2010

ALEGRÍA


Es inherente a nosotros; incluso un buen ejercicio es reír. Pero la clave no es sonreír, es conservar y repartir la alegría. Esa que emanas y jamás te abandona. Por el contrario, te lleva consigo.

Sé por tanto generoso con la alegría que expresas hacia los demás. Cuanto más de ella ofrezcas, más tendrás. Es contagiosa también.

La felicidad que yace dentro de ti no tiene límites. Para conocer y experimentar su valor en tu vida, déjala libre y permítele fluir en tu mundo.

Tienes todo lo que necesitas para hacer que este día esté lleno de alegría. Porque todo lo que necesitas es dejarla ser. Siempre el punto es la preferencia... o decides ser una persona alegre o decides ser una persona amargada, la decisión siempre será tuya; los pretextos para no ser feliz seguro sobran; pero son eso, pretextos. Las razones por las que debes ser felices, son reales y ciertas, que esperas?.

Esparce alegría y alcanzarás una perspectiva más clara. Esparce alegría, y construirás un mundo más positivo.

Cuando te descubras anhelando por más alegría en tu vida, recuerda dejarla ser. Esparce alegría, y puedes tener la certeza de que será tuya.

Con amor, 4s

MONSIVÁIS

Genial y grande, critico agudo y de ese humor ácido y único, de increíble capacidad de análisis… un hombre de muchas épocas que vivía en busca de entender cada cosa y que en sus propias palabras, no entendía nada.

Su modestia era tal que se burlaba de todo y de todos; su inteligencia excepcional hacía que no existía quien no callera en su molino de ideas terminando batido y revuelto en el remolino de sus palabras.

El juego al hablar, al escribir, al describir, eso era lo suyo. No imagino como puede ser la mente de un ser humano, pero seguramente la de él era la de un "demente". El caos ordenado; la ironía y la cultura junta. Se puede decir mucho de él, pero nunca será nada comparado a lo que él dijo (Y cosa aparte, clásico ejemplo de la personalidad lunar).

He aquí una reproducción, publicado en estos días en La Jornada (Por cierto, periódico que leí por mucho tiempo)*:

Carlos Monsiváis es un polígrafo en perpetua expansión, un sindicato de escritores, una legión de heterónimos que por excentricidad firman con el mismo nombre. Si a usted le surge una duda sobre un texto bíblico no tiene más que llamarlo; se la aclarará de inmediato; lo mismo que si necesita un dato sobre alguna película filmada en 1924, 1935 o el año que se le antoje; quiere saber el nombre del regente de la ciudad de México o el del gobernador de Sonora en 1954, o las circunstancias en que Diego Rivera pintó un mural en San Francisco en 1931, y que José Clemente Orozco calificó de nalgatorio, o la posible transformación de la obra de Tamayo durante su breve periodo parisiense, o la fidelidad de un verso que le esté bailando en la memoria: de Quevedo, de Góngora, de Sor Juana, de Darío, de López Velarde, de Gorostiza, de Pellicer, de Vallejo, de Neruda, de Machado, de Paz, de Villaurrutia, de Novo, de Sabines, de cualquier gran poeta de nuestra lengua, y la respuesta surgirá de inmediato: no sólo el verso sino la estrofa en la que está engarzado. Es Mr. Memory. Es, también, un incomparable historiador de las mentalidades, un ensayista inmensamente receptivo y agudo; léanse si no las páginas que ha escrito sobre Onetti, Novo, Beckford, Hammett; un crítico de cine notable, un estudioso de la pintura mexicana que ha producido páginas excelentes sobre Diego, Tamayo, Gerszo, María Izquierdo y Toledo, un lúcido ensayista político. Es el cronista de todas nuestras desventuras y prodigios, más de las primeras, puesto que el México que nos ha tocado vivir ha sido fértil en desventuras y, en cambio, los prodigios aparecen de manera excepcional como suelen hacerlo los milagros; es el documentador de la fecundísima gama de nuestra imbecilidad nacional. Sus columnas atrapan semanalmente las declaraciones de los grandes de nuestro minúsculo universo; hablan en ellas los financieros, los obispos, los senadores, diputados y gobernadores, el Presidente de la República, los comunicadores, las cultas damas. El resultado es demoledor. A su lado, los hallazgos de Bouvard y Pécuchet parecerían apotegmas de Platón o Aristóteles. A esos atributos se suman otros más: bibliófilo, coleccionista de mil cosas heterogéneas, gatófilo, sinólogo si nos descuidamos. Todo esto es Carlos Monsiváis. Y además, ya lo habrán descubierto los lectores, mi más entrañable amigo.

Xalapa, enero de 1996

*El maestro Sergio Pitol envió a La Jornada este texto, que forma parte de su libro El arte de la fuga, a manera de despedida de su gran amigo Carlos Monsiváis.

Por otro lado, en una entrevista se le preguntó:

¿Qué personaje representa Carlos Monsiváis?
No tengo personaje, yo soy mi biblioteca y ahora mi videoteca.

Es conocido también por los gatos con los que convivía… gatos callejeros que simplemente adoptaba… he aquí parte de su ingenio en los nombres de sus Consentidos:

  • Recóndita Armonía
  • Monja Beligerante
  • Rosa Luz Emburgo
  • Ansia de Militancia
  • Eva Sión
  • Fetiche de Peluche
  • Fray Gatolomé de las Bardas
  • Chocorrol
  • Miau Tse Tung
  • La Monja Desmecatada
  • Carmelita Romero Rubio de Díaz
  • Miss Oginia (Su preferida)
  • Miss Antropía
  • Catástrofe (Supuestamente el primero en adoptar)
  • Pio Nonoalco
  • Nana Nina Ricci
  • Posmoderna
  • Mito Genial
  • Caso Omiso
  • Zulema Maraima
  • Voto de Castidad (Votito)
  • Catzinger
  • Peligro para México
  • Copelas o Maullas
No dejo a un lado la muerte de Saramago, premio nobel de literatura, confieso solo haber leído un libro de él (Ensayo sobre la ceguera), en donde tener ojos cuando otros los pierden para que sepamos que la ceguera también es esto, vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza. Sin duda un texto reflexivo e interesante, prometo leer algo más de dicho autor.

Pocas veces escribo sobre los que se van, pero Monsiváis era Monsiváis y nadie habrá como él, nunca. Ni que decir de su aportación excepcional traducida en “El Estanquillo” museo historia ubicado en el bello centro histórico de nuestra república mexicana; lo que llama la atención es la gran colección que fue recopilando Monsiváis, de todo tipo de objetos; extensa en su colección de fotos, pero lo mismo de cosas inútiles, bobadas, tonterías… y hoy es la cronografía de la vida nuestra, en fin…

Y por último, hay la creencia de que los grandes no se van solos, y peor… no se van de a dos… se van de a tres… quien será el próximo? Me reservo el pronóstico a fin de evitar hacer efectivo cualquier pronóstico, pero tengo algunos que son mis consentidos y de alguna u otra forma los extrañaré, sin embargo, la edad es la edad y la muerte es el boleto premiado que viene con la vida.


Con amor, 4s