La vida se hace sorbo a
sorbo, paso a paso y día a día.
Se hace saboreando el
Universo, caminándolo a lo ancho y a lo hondo, mirándolo a través de sus
colores, oyéndolo a través de sus sonidos, palpándole la perfección y
desentrañándole la luz.
La vida se hace como
trabajadora de su siembra, como obrera de su palabra, como jardinera de sus
flores, como cantadora de sus prodigios...
La vida se hace agitando el
mundo que llevamos dentro y descubriendo y aceptando el mundo que llevan los
demás.
La vida se hace gozando y
no sufriendo, aceptando esos dolores como experiencias para crecer y ser
mejores, sin apagar nunca la vela encendida de la fe.
La vida se hace amando,
porque el amor tiene tanto que hacer en el mundo, que no da tiempo para odios
ni rencores.
La vida se hace en el
espacio de lo cotidiano, en pequeños trozos de cada día, en momentos, en rato
que encendemos de pasión, en vuelos que se emprenden con besos y son sueños.
Velar y dormir, soñar y
despertar, llorar y reír, creer y dudar, caer y levantarse: eso es hacer la
vida.
La vida no se hace para
lucir, para exhibirse, para mostrarnos como en un escaparate de vanidad y focos
de colores.
La vida se hace en el
recinto íntimo, en ese taller de abeja trabajadora que llevamos dentro, en ese
aguijón que extrae y regala, que profundiza y endulza.
La vida se hace en el
centro de trabajo de uno mismo, con su esfuerzo silencioso, efectivo,
constante, devoto y masivo. Un esfuerzo que abre surco y un surco hecho para
que no deje de producir.
Hacer la vida no es diseñarla
a nuestro antojo, ni coserla a nuestro capricho: es estar siempre en las
puntadas de su tela y en el estambre de su tejido.
Hay que caminar la vida,
porque es la única manera de llegar.
Irla resolviendo con la
lógica, pero emocionándola con el espíritu y calentándola con el corazón.
La vida se hace cuando das
la mano y trasmites una corriente, cuando das una sonrisa y cuelas la luz, das
un beso y cierras los ojos, te das a ti misma… ¡y parece que concentras el
universo en tu corazón!
La vida se hace en el
espacio de tu mundo y en donde se libran las batallas de los demás.
Se hace en el horizonte de
ti mismo y en donde vuelan los sueños de los otros, en la siembra frondosa de
tu tierra y en la raíz raquítica del huerto ajeno.
La vida se hace de regalo,
sin seleccionar, ni preguntar, ni escoger.
Cumple tu misión de dar.
Escribe tu libro que se
titula Vida, que sea el mejor bet seller que puedas publicar!!!!
Con amor, 4s