jueves, 7 de mayo de 2009

ORGASMOS, SEXO Y OTRAS COSAS (III de IV)


ORGASMO BAJO (3)

En este nivel, por el cual pasamos todos, se inicia la vida sexual, pero también, si no se supera, es donde nacen todas las perversiones sexuales, la pornografía, la prostitución (Carne buena y barata, la de la gata), la pedofilia, el sexo con animales, el sadomasoquismo, el fetichismo, etc. Lo peor que uno se pueda imaginar queda corto para quienes se ubican en esta etapa y se quedan en ella.

Invariablemente se debe empezar en esta etapa, es decir, todos vivimos el erotismo involutivo, y la solución para cruzarlo es no prohibir nada, dar información de todo y mediante la experiencia, recordando que sólo se evoluciona con la experiencia.

Son reflejos claros en una relación de pareja que se mantiene en este nivel las emociones negativas como el miedo, el asco, la culpa, la mecanicidad. Hay angustia por el contacto sexual, existe frustración por no alcanzar el placer deseado. Hay recriminación, no hay alegría, se siente tristeza, coraje, no hay entusiasmo, es decir, no hay fuente de placer (¿Lo has vívido o experimentado?)

La excitación es un placer que no debe reprimirse, pero, como sucede lo contrario, es difícil superar esta etapa. Nuestra sociedad no nos enseña a disfrutar la excitabilidad, la reprime, y la única forma de dar placer a nuestra pareja, de disfrutar el cuerpo del otro, es primero descubrir mi cuerpo, gozarlo, disfrutarlo primero yo para luego hacer disfrutar del cuerpo del otro que además será en paralelo en mi propio cuerpo.

Si la pareja no evoluciona en este nivel, en poco tiempo habrá desilusión, pérdida del apetito sexual, poca o nula creatividad (Nos volvemos como animales, sólo desahogamos nuestro instinto natural); Hay emociones negativas, la pareja se convierte en discutidora o evasiva (Hacen cualquier cosa menos sexo); sigue el desacuerdo automático (Nada me parece y nada le parece), el mal humor, se discute con mayor frecuencia (Se inventan mil problemas cuando en realidad en uno sólo, insatisfacción sexual), hasta llegar a la indiferencia para evitar la confrontación.

Se pasa al miedo del contacto sexual, prevalece el temor, ya sea antes, durante o después del acto sexual. Se empieza a perder la libido, se cae en el fingimiento (Por el error de pensar que el objetivo de un encuentro sexual es el orgasmo). Surge la frivolidad, el asco, etc., hasta llegar incluso a la violencia (la sexualidad es innata con el amor, por lo que lo contrario genera involución).

La indiferencia en la pareja refleja un síntoma de disfunción sexual, que lleva a la frustración y a la obsesión.

La cultura del cuerpo en la sociedad nos lleva al sexo por kilo, los grandes senos, los glúteos enormes, el tamaño del pene, sin considerar ni apreciar que todo cuerpo es erótico.

CRUZANDO UMBRALES

Para pasar el segundo nivel, se debe entender al orgasmo como un momento al que denominaré UMBRAL. Para vivir el orgasmo, es decir, llegar al umbral, primero se debe ascender por el mismo con capacidad de entrega y abandono del mismo, es decir, sube la intensidad, me dejo llevar y culmino; para lograr llegar al segundo nivel del orgasmo es necesario atravesar el primer umbral.

Aquí juega un papel importante la memoria sexual, ya que para que se viva la emoción en conciencia es necesaria la vivencia. Es como cuando se nos antoja algo, primero se debió de probar para luego evocarlo. De ahí la importancia del repertorio de las vivencias sexuales. Los “rapidines” no son malos, lo malo es quedarse en eso solamente. Hablamos de calidad en las experiencias.

Lo anterior nos permite saber el momento al que estamos llegando al umbral para no salir disparados y poder frenarnos, es decir, reducir la excitabilidad para retomar el camino con más intensidad y en el momento preciso, dejarse caer. La cuestión es cómo identificar el momento y eso sólo lo hacemos mediante el conocimiento de uno mismo, conocer mis sensaciones de excitabilidad para poder conducir mi sexualidad en vez que la sexualidad me conduzca a mí.

Si existe gran cantidad de libido acumulada, el disparo llega más rápido, y alcanzar el primer umbral es fácil pero hasta ahí llega. Por lo tanto y literalmente, contrario a lo que se piense, con “coger” no se quitan las ganas, dan más ganas y hay mas sensibilización, mas inspiración y mayor entusiasmo. Lo contrario, es descontrol y en el hombre producen eyaculación precoz. Todo porque la persona no conoce como cruzar el umbral, no conoce su cuerpo ni sus emociones y sensaciones.

En la mujer produce insatisfacción, remordimiento, ansias. Una forma de tratarlo es mediante la íntima caricia (Para muchos, masturbación término vulgar que se ha desvalorizado), es decir, primero yo conmigo porque es un derecho elemental el conocer mi propio cuerpo, además de que no hay ningún daño; la única limitación es el exceso y la obsesión; Es explorar sensaciones, lo me gusta y lo que no, para efecto de poder manejar mis emociones y cruzar el umbral, alargar las sensaciones mediante el manejo organizado de las mismas.

Desgraciadamente, la mayoría de las parejas logra alcanzar el orgasmo COMÚN, donde no hay evolución. Y donde no hay evolución, hay involución, ni más ni menos (Continua)

2 comentarios:

  1. Te soy sincera? Esta entrada tengo que volver a leerla, me resulta un tanto difícil de entender el punto al que querés llegar. Hablás de orgasmo común y de umbral, de evolución e involución, de sexo con amor y sexo sin amor. Pero no llego a enteder el fondo del tema Calambur. Lo volveré a leer más tarde y luego vuelvo a comentarte si? Un beso.

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  2. ¡Buen punto!

    Y a veces se nos dificulta diferenciar entre el uno y el otro. Lo he vivido, como todos o como las grandes mayorías; y quizá sin haberme percatado, logré superarlo (afortunadamente para mí)


    Gracias por este escrito. No cabe duda que sigue siendo importante el poder aprender algo nuevo cada día


    Con amor, 4s!

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